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Se cumplen 600 años desde que el rey de Navarra Carlos III el Noble otorgaba a Pamplona el llamado Privilegio de la Unión. Fue el 8 de septiembre de 1423. Hasta entonces, podía decirse que la capital del reino tenía un nombre, tres cuerpos y otras tantas almas. En adelante, los burgos de San Cernin, San Nicolás y Navarrería, que habían sido completamente independientes entre sí, pasarían a ser una sola ciudad. El decreto real plantaba así la semilla de lo que Pamplona sería en el futuro, pero esa semilla tardaría tiempo en dar sus frutos. Según la creencia tradicional, al hacerlo el rey pretendía acabar con los enfrentamientos entre tres comunidades con marcadas diferencias étnicas. De un lado, los "franceses" de San Cernin, de otro, los "franconavarros" de San Nicolás y de otro, los "navarros" de la Navarrería. El climax de esas luchas se habría alcanzado siglo y medio antes con la destrucción de la vieja Iruñea, la Navarrería, a manos de los otros dos burgos. Pero, las causas de ese enfrentamiento ¿eran étnicas, políticas o económicas?, ¿fue idea del rey fusionar la ciudad en un solo municipio? Y, sobre todo, ¿consiguió el Privilegio acabar con el problema, como se dice?