La conquista de Navarra (1512) fue un proyecto largamente madurado por Fernando el Católico. Durante mucho tiempo estuvo pergeñando todos los posibles aspectos que debían justificar una acción armada tan violenta como injusta y, entre ellos, incluyó una exculpación histórica que mostrase la necesidad de tal invasión. Para ello, buscó a un autor de la talla de Elio Antonio de Nebrija, gran humanista, gramático y experto en lengua latina. Su obra debía convertirse en una defensa a ultranza de la invasión de Navarra que pudiese ser leída en todas las cortes europeas, gracias a que había sido redactada en latín. Para Navarra esta historia de su conquista muestra un claro ejemplo de «propaganda de guerra» y manipulación de los acontecimientos, redactada en pleno siglo XVI.